A
la muerte de su padre en 1695, se hizo cargo de él su hermano mayor,
Johann Christoph, a la sazón organista de la iglesia de San Miguel de
Ohrdruf. Bajo su dirección, el pequeño Bach se familiarizó rápidamente
con los instrumentos de teclado, el órgano y el clave, de los que sería
un consumado intérprete durante toda su vida.
Johann Sebastian Bach
Su
formación culminó en el convento de San Miguel de Lüneburg, donde
estudió a los grandes maestros del pasado, entre ellos Heinrich Schütz,
al tiempo que se familiarizaba con las nuevas formas instrumentales
francesas que podía escuchar en la corte.
A partir
de estos años, los primeros del siglo XVIII, Bach estaba ya preparado
para iniciar su carrera como compositor e intérprete. Una carrera que
puede dividirse en varias etapas, según las ciudades en las que el
músico ejerció: Arnstadt (1703-1707), Mühlhausen (1707-1708), Weimar
(1708-1717), Köthen (1717-1723) y Leipzig (1723-1750).
Si
en las dos primeras poblaciones, sobre todo en Mühlhausen, sus
proyectos chocaron con la oposición de ciertos estamentos de la ciudad y
las propias condiciones locales, en Weimar encontró el medio adecuado
para el desarrollo de su talento. Nombrado organista de la corte ducal,
Bach centró su labor en esta ciudad sobre todo en la composición de
piezas para su instrumento músico: la mayor parte de sus corales,
preludios, tocatas y fugas para órgano datan de este período, al que
también pertenecen sus primeras cantatas de iglesia importantes.
En
1717 Johann Sebastian Bach abandonó su puesto en Weimar a raíz de haber
sido nombrado maestro de capilla de la corte del príncipe Leopold de
Anhalt, en Köthen, uno de los períodos más fértiles en la vida del
compositor, durante el cual vieron la luz algunas de sus partituras más
célebres, sobre todo en el campo de la música orquestal e instrumental:
los dos conciertos para violín, los seis Conciertos de Brandemburgo, el primer libro de El clave bien temperado, las seis sonatas y partitas para violín solo y las seis suites para violoncelo solo.
Durante los últimos veintisiete años de su vida fue Kantor
de la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, cargo éste que comportaba
también la dirección de los actos musicales que se celebraban en la
ciudad. A esta etapa pertenecen sus obras corales más impresionantes,
como sus dos Pasiones, la monumental Misa en si menor y el Oratorio de Navidad.
En los últimos años de su existencia su producción musical descendió
considerablemente debido a unas cataratas que lo dejaron prácticamente
ciego.
Casado en dos ocasiones, con su prima Maria
Barbara Bach la primera y con Anna Magdalena Wilcken la segunda, Bach
tuvo veinte hijos, entre los cuales descollaron como compositores
Wilhelm Friedemann, Carl Philipp Emanuel, Johann Christoph Friedrich y
Johann Christian.
Pese a que tras la muerte del maestro su música,
considerada en exceso intelectual, cayó en un relativo olvido,
compositores de la talla de Mozart o Beethoven
siempre reconocieron su valor. Recuperada por la generación romántica,
desde entonces la obra de Johann Sebastian Bach ocupa un puesto de
privilegio en el repertorio. La razón es sencilla: al magisterio que
convierte sus composiciones en un modelo imperecedero de perfección
técnica, se une una expresividad que las hace siempre actuales.
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